
Wonder Wheel
Woody Allen regresa al escenario contaminado de la nostalgia de sus primeros sueños y sitúa en el parque de atracciones de Coney Island la desventura de una mujer tan necesitada de cariño que se diría simplemente enferma.
De esta forma, Allen detiene su película 48ª en la imagen entre decadente y contradictoria de la única desilusión posible. La historia habla de una mujer casada con un hombre fundamentalmente ruidoso que a falta de poder dar algo parecido al amor ofrece respeto. Que no es poco. Pero ella aspira a más.