
Whisplash
Película realmente espléndida y tan musical como dramática que utiliza dos personajes para hablarnos de algunas cosas acerca de la naturaleza del aprendizaje, de la obsesión, de la exigencia, de la excelencia artística, del rencor o del miedo a dejarte sin dar algo de ti mismo.
Los personajes son, en su esencia, conocidos, un alumno que tiene su alma puesta en la batería y un profesor exigente, violento, de precisión insobornable y aire despreciable.
La película es un duelo, es la constante y persistente escena final de un western, pero con la cámara hipnotizada en el ritmo brutal y en la acentuación de unos sentimientos muy enrevesados e intensos.
Hay películas que conviene ver de pie. Su fuerza proviene de algo difícil de razonar y aún más complicado de entender. A veces, el cine presume de una fuerza primaria y, como diría el poeta, hasta telúrica. Whiplash, del debutante Damien Chazelle, es de ésas. Cuesta entender el magnetismo de una historia fundamentalmente simple.