La vida y nada más

Antonio Méndez-Esparza dirige esta película limitándose a colocar la cámara frente a los ojos de los personajes. La idea no es tanto filmar lo que hacen sino lo que les mueve a hacer lo que hacen. El objetivo está para comprender el sentido más íntimo y último de cada una de las acciones.

Nos cuenta la vida de un adolescente y su madre, único timón de una familia rota . Los dos negros, los dos en la parte más profunda de Florida. La ficción adquiere la textura del documental hasta mezclarse con la superficie de lo real. Y todo ello con una precisión, hondura y rigor sencillamente aplastante.

Un ejemplo de cine comprometido que respira verdad a la hora de hablar de temas como la exclusión social, el racismo o la intolerancia.