
El retablo de las maravillas
En el «Retablo de las maravillas» de Cervantes, unos pícaros entran en un pueblo con la idea de ofrecerles una función sorprendente.
En el retablo (teatro pequeño en el que los actores son marionetas) se verá una historia con la particularidad de que no puede ser vista por hijos bastardos o por gente de sangre no pura, movida asegurada.
El espectador, consciente de que están timando a los asistentes, incluyendo a las autoridades, se divierte por la crítica de costumbres de la trama. Acaba el entremés con la llegada de un militar con exigencias al poder político municipal y, a palos.
Esta obra cervantina es un buen ejemplo del entremés del teatro español del Siglo de oro. Nos espera mucho movimiento y griterío, mucho griterío.