Foto de los dos miembros de Deux Boules Vanille con la cara pintada de verde, sombrero de pico tipo bruja y túnicas negras sobre sus camisetas estampadas

Deux Boules Vanille

Vaaaya cremita que nos llega desde Nantes.

Este dúo suena como mucho más que dos, más de dos músicos y más de dos docenas de influencias bien filtradas y plasmadas en temazos que enganchan y sublevan tus neuronas hasta vibraciones inexploradas.

El sonido de Deux Boules Vanille es novedoso, único, ilusionante y casi indescriptible.

Sin duda lleva una buena dosis de psicodélia, pero no es eso. Tiene un aire de krautrock, pero tampoco lo es. Funciona como el math rock más sesudo mezclado con una propuesta polirítmica de repetición sintética que va dejándote las dosis justas de melodía, una melodía que se pega a tu encéfalo y lo convierte en un yonki sediento de un poco más.

Es una droga excitante que nos hace sentir ilusión, la inquietud alegre de estar ante algo realmente novedoso, diferente y exquisito, algo que solo acertamos a comparar con cuando descubrimos Battles allá por el 2007.