
Au bout des doigts
El director del Conservatorio de París escucha a un joven tocar el piano en una estación de tren y no tarda en reconocer un talento excepcional. Con este punto de partida, Ludovic Bernard construye una historia de superación.
Recuerda El indomable Will Hunting, ahora cambia al macarrilla del sur de Boston por un pieza del extrarradio de París y el teorema de Parseval por un concierto deRachmaninoff et voilá.
Como tantas otras crónicas del descubrimiento de un joven genio en cualquier arte y también ciencia o deporte, esta cinta se basa en demostrar que el protagonista es extraído de su medio ambiente, habitualmente ajeno al arte, para inculcarle las virtudes de la disciplina y el trabajo y así demostrar la sentencia de que el talento sin genio no es mucho, pero que el genio sin talento no es nada.
Con un estilo tradicional y eficaz, La clase de piano toca las teclas necesarias para narrar de forma interesante cómo se desarrolla esta forma de realización del maestro y de superación del discípulo que suponen el fin de las frustraciones de cada uno.